NIEBLA

Los argentinos somos así.
A nuestro irrefrenable deseo de parecernos a otros, siempre estamos imitando situaciones, lugares o costumbres.
Algunos dirán que es propio de una conformación etaria que proviene de innumerables etnias y procedencias, y hay mucha tela para cortar en este asunto que puede ser motivo de otra idea, pero lo cierto que en los últimos días nuestra amada Buenos Aires y alrededores está tratando de imitar a la preciosa Londres.
Con Picadilly Circus?, el Big Ben?, Trafalgar Square?, Notting Hill para los románticos?, no señores, nada de eso, nos hemos empecinado en reproducir el ambiente nublado tan característico de nuestro ex-enemigo europeo.
La Ciudad de Buenos Aires, y gran parte de su conurbano se encuentra absolutamente tapado, invadido, adornado, con una implacable cortina de niebla; en rigor en un simulacro de niebla, ya que técnicamente es ...... humo!!!!
Exactamente, humo; aparentemente estaría producido por la quema de unos pastizales en la zona del delta del Paraná, o vaya a saber uno exactamente donde, uds. saben que los de la Ciudad poco entendemos de esos lugares sin calles y avenidas de asfalto, y coches corriendo a toda velocidad y chocando entre sí.
Hubo algunas teorías que fueron rápidamente descartadas que decían que era una nueva "cortina de humo" del gobierno para que la gente se olvide de la "sensación" de aumento de los precios; otras decían que con esto del conflicto del campo vs ciudad, los del campo nos están fumigando para eliminarnos y evitar así una serie de impuestos que no quieren pagar más; muchos detractores del poder institucional sostenían que el humo provenía de una quema gigantesta de ejemplares del diario "Clarín" y revista "Noticias", cual si fuera un auténtico Farenheit (no me refiero al perfume) de nuestra época; otras más alocadas y que fueron tomadas en cuenta en una mínima proporción por su poca seriedad, indicaban que Coppola estaba filmando la remake de "La Niebla" del inefable Stephen King.
Pero que sea humo en lugar de niebla es solo un detalle de esta historia, total a quien le importa que nuestros pulmones y mucosas (con el perdón de la palabra), estén inhalando vaya a saber qué tipo de partículas, que en las calles y rutas se vea poco y nada, con lo que se acrecienta geométricamente nuestra actual costumbre de andar embistiendo a los demás vehículos que se encuentran en nuestro camino, o en el camino de al lado, ya que nos encanta cambiar de carril sin decir agua va, que se estén arruinando nuestras plantaciones y plantas, ni hablar de los pobres animalitos.
A propósito, luego de unos quince días de sufrir este espectáculo, el gobierno o alguien que reviste algo oficial, parece que formaron la "Comisión de Niebla y/o Humo", y llegaron a la conclusión que había que cerrar las rutas para evitar más inconvenientes.
En realidad todos esperábamos ver como se evitaría el humo, pero por un lado el viento se empecina en no rotar (así dicen los que saben), y por el otro la subcomisión de Humo se estaría reuniendo a la brevedad, ya que estarían sospechando que como el humo proviene de algún fueguillo que se desató por allí, quizás con algún sistema que pueda extinguir el fuego, al humo se le daría por desaparecer y no molestarnos más, y volar a lugares más adecuados, quizás la propia Londres.
Lo peor es la sensación en la gente que estas cosas pueden evitarse, o dicho con más propiedad, evitar que se acrecienten y llegar a esta absurda situación, digo, controlarse, pero alguien se acuerda que significa la palabra control estatal?. Igualmente, todos sabemos que nuestros gobernantes se encuentran siempre en asuntos mucho más importantes que el mero y superficial bienestar de la población.
El Gobierno o no sé que Ministerio de algo y Derechos Humanos (actualmente todos los Ministerios, Secretarías y despachos deben llevar el aditamento "y derechos humanos" que hemos descubierto hace cuatro años) cerró las rutas, quizás si esto perdura se puedan cerrar las escuelas, los hospitales, los estadios de futbol, oficinas, clubes, academias de danza jazz, y todos aquellos lugares donde a la gente se le ocurre asistir.
Hasta la próxima, siempre y cuando mis ojos queden indemnes ante esta agresión humífera.